El estudio prostático,
nueva diana en resonancia magnética.
La resonancia magnética (RM) podría convertirse en una nueva
herramienta selectiva para el estudio del cáncer de próstata, al igual que
sucede con otros órganos sólidos. Su manejo podría parecer costoso, pero a
largo plazo puede resultar rentable.
Profundizar en los tratamientos selectivos e individualizados
es uno de los grandes retos de la medicina moderna y, según Mark Emberton,
director de la División de Cirugía y Ciencia Intervencionista de la Universidad
de Londres, la imagen de resonancia magnética (RM) puede resultar clave en este
proceso en el ámbito del cáncer de próstata. En su opinión, la extensión podría
cambiar la visión de dicha enfermedad: “De momento nuestra diana es la próstata
y con la RM podríamos hacer un tratamiento selectivo a una diana nueva”.
Emberton, ponente en unas jornadas celebradas en Valencia
sobre cáncer de próstata organizadas por la Escuela Española de Oncología
Radioterápica, de la Sociedad Española de Oncología Radioterápica, ha señalado
a DM que “de momento si alguien presenta riesgo de cáncer de próstata solo hay
una manera de hacer diagnóstico, la biopsia, una técnica aleatoria y con poca
precisión tanto para localizar el cáncer como para definir cuándo no se da”.
Órganos sólidos
En contraste, ha matizado que “si miramos todas las otras
maneras de diagnosticar tumores de órganos sólidos, usamos imagen y la
empleamos para decidir si debemos hacer biopsia. Por ejemplo, en el caso de la
mama, si la mamografía es negativa no se hace, y si es positiva no se efectúa
una aleatoria, sino una biopsia dirigida a la lesión”.
Para Emberton, el empleo de la RM representa una gran
oportunidad para el abordaje de la próstata. Con su manejo “podríamos realizar
muchas menos biopsias”, y ha añadido que, en su opinión, “se hacen demasiadas”.
Además, en caso necesario “permitiría realizarlas mucho mejor, al poder dirigir
con mayor precisión la aguja a la lesión”.
En este sentido, ha explicado que “sabiendo mejor dónde está
esa lesión podrían emplearse menos agujas”, aspecto también muy importante
porque “aún existe bastante peligro con las biopsias por las infecciones
multirresistentes, un gran problema, sobre todo si tenemos en cuenta que solo
disponemos de dos antibióticos para abordarlas”.
Además, en caso de lesión no hace falta extirpar toda la
próstata. “Se puede dirigir la energía al cáncer, como hacemos en todos los
otros tipos. Por ejemplo, la mayoría de mujeres con tumor de mama ahora no
están mastectomizadas, sino que se han sometido a una cirugía dirigida al
cáncer”.
Manejo rentable
Ha apuntado que también puede emplearse en la vigilancia de los
pacientes, insistiendo en que el manejo de la RM en próstata es coste-efectivo
a medio y largo plazo. “Puede que al principio sea una técnica más cara, pero
si se efectúan menos biopsias, menos diagnósticos de personas con un cáncer de
poco riesgo y menos daño a pacientes que no necesitan tratamiento, a la larga
resulta todo mucho más barato”.
A pesar de las bondades, el especialista ha reconocido que
existe una gran variabilidad en su manejo, tanto entre países como entre
centros de una misma región. Respecto a las causas, ha apuntado que “no se
saben exactamente las claves que explican esa variabilidad, pero en mi opinión
la situación en Europa se explica porque hay poca capacidad de RM, escasa
experiencia en su uso en próstata y los radiólogos no están muy acostumbrados a
hacerlo”.
No obstante, ha matizado que en nuestro continente también
existen centros de excelencia -como el del propio Emberton en Londres u otros
en Francia y Suecia-, que muestran una capacidad superior a la de los
estadounidenses.
En este sentido, ha señalado que “en nuestro caso empleamos
RM con todos los pacientes susceptibles de necesitar una biopsia”. En cualquier
caso, las perspectivas futuras se vislumbran muy positivas.
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